Compre ahora, pague después: Entre la sutil artimaña del gasto continuo y los desafíos crediticios

FINANZAS PERSONALES.

La práctica de "Compre Ahora, Pague Después" ha tejido una telaraña en la que consumidores como Priscilla Rodríguez, Juan López y María Sánchez se encuentran atrapados, navegando entre la conveniencia de las compras a plazos y la sutil artimaña del endeudamiento continuo, lejos del ojo escrutador de las agencias de crédito.

Compre ahora, pague después

Priscilla Rodríguez, una almacenista de Nuevo México, comparte su estrategia ingeniosa para salvaguardar su puntaje crediticio mientras persigue el sueño de COMPRARSE LA CASA PROPIA. Utilizando préstamos a plazos de Afterpay, realiza compras estratégicas, desde comestibles hasta productos de cuidado de la piel y materiales de arte para su hijo, manteniendo las agencias de crédito en la penumbra. Esta práctica, aunque atractiva para Rodríguez, plantea preguntas cruciales sobre la responsabilidad financiera y las repercusiones a largo plazo.

El fenómeno se expande

La tendencia de trasladar el gasto a prestamistas de "Compre Ahora, Pague Después" está en aumento, especialmente a medida que las tasas de interés elevadas impactan los presupuestos y los ahorros pandémicos se evaporan. Empresas como Afterpay, Affirm y Klarna han capturado la atención de los consumidores, representando un cambio en los patrones de gasto.

Según LexisNexis Risk Solutions, la estadística revela que aproximadamente una cuarta parte de los adultos estadounidenses se sumerge en la práctica de "Compre Ahora, Pague Después", una cifra que se eleva durante eventos de compras cruciales como el Black Friday y la Cyber Week. El 7,2% de todas las ventas en línea durante estos períodos adoptan este método, señalando un cambio significativo en los patrones de gasto. Lo que inicialmente era una opción para productos de lujo, ahora se extiende a categorías esenciales como comestibles y hasta procedimientos médicos.


El Laberinto de Tasas e Intereses:

El aspecto crucial de estos acuerdos radica en las tasas de interés variables que ofrecen las empresas de "Compre Ahora, Pague Después". Con la capacidad de otorgar préstamos de hasta $25,000 y tasas que oscilan entre el 0% y el 36%, la dinámica de estas transacciones depende de la situación financiera del prestatario, el cronograma de pago y la naturaleza del artículo adquirido. Comparativamente, las tarjetas de crédito, con una tasa de interés promedio anual del 21,19%, parecen menos atractivas.

Lo que en sus inicios fue una opción de pago reservada para lujos como productos de belleza, ha experimentado una expansión vertiginosa hacia áreas inesperadas como comestibles y procedimientos médicos. El uso de estos métodos de pago para adquisiciones esenciales ha registrado un asombroso crecimiento del 434% de 2020 a 2021, según datos revelados por la Oficina de Protección Financiera del Consumidor.

En el caso de Paden Brown, un camionero texano, Affirm se ha convertido en su aliado para la compra de alimentos y productos esenciales en semanas donde su salario disminuye. En una reciente factura de Walmart por aproximadamente $465, Affirm le brindó la opción de elegir entre tres planes de pago, decidiéndose por un préstamo a seis meses con una tasa de interés del 36%, sin requerir pago inicial. Este enfoque astuto ilustra cómo estas soluciones financieras pueden adaptarse a las necesidades cambiantes de los consumidores en la vida cotidiana.

La desconfianza persistente en las Tarjetas de Crédito:

La desconfianza arraigada en torno a las tarjetas de crédito persiste, a pesar de sus regulaciones más estrictas y protecciones adicionales contra el fraude. A los 35 años, Brown revela una desconfianza arraigada en las tarjetas de crédito, resultado de las malas huellas dejadas por su padre en su historial crediticio durante su juventud. Aunque ha trabajado en la reconstrucción de su crédito, persiste la reticencia hacia las tarjetas de crédito convencionales. Argumenta que la distinción crucial radica en la actitud de Affirm, eludiendo amenazas de embargos salariales y optando por una retirada sutil: "Simplemente dirán: 'Ya no haremos negocios con usted'".


Este testimonio subraya el profundo estigma asociado con las tarjetas de crédito y cómo alternativas como Affirm ofrecen un enfoque más indulgente para aquellos que buscan evitar las complejidades y amenazas tradicionales. Peter Smith, investigador principal del Centro para Préstamos Responsables, respalda esta perspectiva, señalando que, a pesar de las regulaciones más sólidas y las protecciones integrales de las tarjetas de crédito, la aversión persiste entre los consumidores cautelosos.

La regulación

Aunque el director de la CFPB, Rohit Chopra, expresó la intención de regular la industria de "Compre Ahora, Pague Después" hace aproximadamente un año, la implementación ha sido lenta. La comparación de este sector con el "Salvaje Oeste" resalta la falta de un marco regulatorio claro. Mientras Affirm declara estar sujeto a la supervisión de la CFPB, la necesidad de normativas que aborden las lagunas y establezcan pautas claras se vuelve más evidente.

La disparidad en los reportes crediticios

Una de las preocupaciones fundamentales es la disparidad en las prácticas de reporte crediticio entre las empresas de "Compre Ahora, Pague Después". Mientras Affirm informa algunas transacciones a Experian, otras como Afterpay y Klarna optan por no reportar a las agencias de crédito estadounidenses. La razón detrás de esta elección se centra en la preocupación de que el reporte podría perjudicar a los clientes, incluso cuando cumplen con los pagos.

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Reflexiones finales: Entre flexibilidad y riesgos:

Dentro del entramado financiero creado por el fenómeno de "Compre Ahora, Pague Después", los consumidores deben sopesar cuidadosamente los beneficios de la flexibilidad contra los riesgos inherentes. Kerry McKinley, quien lamenta la facilidad de caer en deudas con estas prácticas, destaca cómo las grandes empresas pueden convencer a los consumidores de gastar más allá de sus posibilidades. Gabriel Racela, de Canadá, utiliza estas opciones como una prueba de fuego personal, equilibrando la conveniencia con la responsabilidad financiera.

La práctica de "Compre Ahora, Pague Después" ha redefinido la relación entre consumidores y finanzas, creando oportunidades y desafíos a partes iguales. Mientras el mundo financiero evoluciona, es imperativo que se establezcan regulaciones sólidas para proteger a los consumidores sin coartar innecesariamente su libertad financiera.

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